El Membrillo


Es de color amarillo,
como si llevase una túnica de narciso,
y huele como el almizcle de penetrante aroma.
Tiene el perfume de la amada
y su misma dureza de corazón,
pero tiene el color del amante apasionado y macilento.
Su palidez es un préstamo de mi palidez;
su olor, es el aliento de mi amiga.
Cuando se irguió fragante en la rama
y las hojas le habían tejido mantos de brocado,
extendí mi mano suavemente para cogerlo
y colocarlo como pebetero en el centro de mi sala.
Tenía un vestido de pelusa cenicienta
que revoloteaba sobre su liso cuerpo de oro.
Y cuando quedó desnudo en mi mano,
sin más que su camisa color de narciso,
me hizo recordar a quien no puedo decir,
y el ardor de mi aliento lo marchitó entre mis dedos.

Abu Chafar Ibn Utmán Al-Mushafí

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