Con un contoneo vas
que me haces perder la calma,
y se me derrite el alma
a cada paso que das.
Siempre bella,
que me haces perder la calma,
y se me derrite el alma
a cada paso que das.
Siempre bella,
viva como una centella,
más nunca como esta tarde.
más nunca como esta tarde.
Dios te guarde, serranilla,
con tu traje y tu mantilla;
serranilla, Dios te guarde.
Si á esa cinta no se atara
para detener su vuelo
tu hermosa trenza de pelo
hasta tus plantas llegara:
Trenza hermosa,
¡estás con ella preciosa!,
me entusiasmas esta tarde.
Dios te guarde, serranilla,
con tu traje y tu mantilla;
serranilla, Dios te guarde.
Tienes unos labios rojos
que á gritos piden un beso,
y unos ojos de embeleso...
¡benditos sean tus ojos!
No me incites,
serrana, que me derrites
con tu mirar esta tarde.
Dios te guarde, serranilla,
con tu traje y tu mantilla;
serranilla, Dios te guarde. .
¡Qué linda está la criatura!
¡Bendito ese cuerpo sea!
y el jamón que te rodea
bajo la angosta cintura,
¡Tu cadera
vale mas que Francia entera!,
así admiras esta tarde.
Dios te guarde, serranilla,
con tu traje y tu mantilla;
serranilla, Dios te guarde.
De toditas las gargantas
es la tuya la primera;
y esa abultada pechera
puede muy bien echar plantas.
Me mareo,
serrana, cuando la veo;
¡á qué saliste esta tarde!
Dios te guarde, serranilla,
con tu traje y tu mantilla;
serranilla, Dios te guarde.
Tiene mi serrana un pié
que me tiene en ansia eterna;
y después tiene una pierna...
¡ay Jesús!, ¡cállese usté!...
Y aun tiene...
el respeto me detiene,
y á Dios porque ya es muy tarde
Dios te guarde, serranilla,
con tu traje y tu mantilla;
serranilla, Dios te guarde.
Félix de Uziriaga
No hay comentarios:
Publicar un comentario