Maravillosas son tus obras

Maravillosas son tus obras, y yo bien las conozco.
A Ti, el Eterno, la Grandeza y el Poder,
la Belleza, la Eternidad y la Majestad.
A Ti, el Eterno, la Soberanía, la Supremacía
por encima de todo príncipe,
y la Riqueza y el Esplendor.
Las criaturas de Arriba y de Abajo lo atestiguan,
pues ellas perecerán, y Tú permanecerás.
A Ti el Poder, cuyo misterio desalienta
a aquellos que vanos esfuerzos hacen por conocerlo,
ya que tu esencia nos sobrepasa en demasía.
A Ti la Fuerza oculta, el Secreto y el Origen
(de todas las cosas).
A Ti el Nombre misterioso, ignorado incluso por el sabio.
Y la Energía que sostiene al Universo sobre la Nada.
A Ti el Amor que prevalece sobre toda criatura,
y la Bondad reservada para aquellos que te temen.
A Ti los misterios que sobrepasan la alabanza
y el pensamiento,
y la Vida que no puede tener fin.
Y el Trono que se eleva más allá de toda altura,
y la Morada oculta en el Cielo misterioso.
A Ti la existencia que de la sombra de su luz
ha creado todos los seres,
de la que se dice: en su sombra vivimos.
En Ti los dos mundos de los que determinaste los límites,
uno para los actos y otro para la recompensa.
En Ti la recompensa que atesoras para los justos
y que mantienes escondida;
habiendo previsto que ella era la felicidad,
la conservas para ellos.

Salomón Ibn Gabirol

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