La Mayor Pena

Cogieron a un salteador
de caminos, a un verdugo,
de crímenes mil cubierto,
bañado en sangre hasta el puño.
Quiso dársele un castigo
horroroso cual ninguno;
y unos decían: "Ahorcarle",
y otros: "Quemarle desnudo",
y otros: "Hacerle tajadas
más pequeñas que almendrucos",
y el preso se sonreía...
Mas gritó un hombre viudo:
"¡Casadlo!", ¡y el criminal
muerto se calló del susto!

Manuel María de Santa Ana y Rodríguez

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