Por Dios, señores poetas

Por Dios, señores poetas,
que tengo por recio caso,
y aun por necedad no chica,
perdonen mi desacato,
desvelarse en escribir
de Durandarte el gallardo,
y el gastar tinta y papel
en Scipiones y Alejandros,
en Aníbales y en Pirros,
en Antonios y Dentatos,
en las astucias de Ulises
y de Sinón los engaños,
y en aquel Turno y Eneas
que los antiguos soñaron,
en Angélica y Medoro
cuando fueron ermitaños,
en el fiero Rodamonte
y el furioso Mandricardo,
y en los doce de la Tabla;
que basta cansar al diablo
en las fuerzas del de Anglante
y de su primo los tajos,
sino en decir cuándo España
domó el furor de sus brazos.
¿Por qué en naciones extrañas
hemos de andar mendigando,
como si en ésta faltasen
hechos de varones claros?
Donde está un restaurador
de nuestra Iberia, Pelayo,
dos valerosos Ramiros
y un don Osorio de Campos,
un Alfonso, y otro Alfonso,
un y otro rey don Fernando,
un fuerte Cid Campeador,
Fernán González, Bernardo,
los siete Infantes famosos
en tierna yerba segados,
un Diego Ordóñez de Lara,
un valiente Arias Gonzalo,
un Fernando del Pulgar,
Benavides, Garcilasos,
Portocarrero, Narváez,
dos maestros afamados,
un Garcipérez de Vargas,
un Martín Galindo el Bravo,
un Guzmán llamado el Bueno,
un Ponce de esfuerzo raro,
de Granada un don Alonso,
de Almería Infante Claro,
un Carlos Quinto invencible,
llamado Marte Cristiano,
un don Juan del tronco de Austria,
terror del fiero Otomano,
un Ávalos, un Antonio,
un Gran Capitán Gonzalo,
un García de Paredes,
un Céspedes, un Navarro,
un Cortés, conquistador
de imperios y reinos anchos,
un Bazán, que por tutor
tuvo en sus hechos el hado,
un Alburquerque, y un Gama,
valerosos lusitanos,
y, finalmente, otros muchos
que con corta pluma agravio,
destos es bien que se entonen,
señores, gloriosos cantos,
pues defendiendo la fe
y este rincón que ocupamos,
y dándole extraño reinos
sus nombres eternizaron.
Vuestros negocio haréis,
señores, en celebrarlos,
pues vuestros versos con ellos
quedarán perpetuados;
porque llegado a tratar
ahora de los romanos,
lo que dellos más se estima
son los melones y gatos.

Gabriel Lobo Lasso de la Vega

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