¡Abajo los Borbones!, exclama el pueblo entero,
hiriéndole en el pecho la afrenta y el rencor.
Repítelo el soldado y el duro marinero
y todos cuantos sienten las iras del rubor.
Aquel que entre nosotros tuviere madre honrada,
esposa, hermana o hija, y estime su virtud,
que diga si no siente la indignación sagrada
con que la España toda rompió su esclavitud.
¡Abajo, abajo los Borbones,
de nuestra patria mengua y horror!
¡Muestre la España a las naciones
alta la frente, limpio el honor!
En tanto, respiremos la brisa bienhechora
y el apacible ambiente de amor y libertad,
que pronto a nuestros ojos se mostrará la aurora,
presagio venturoso de más risueña edad.
La paz con el trabajo, y el arte con la ciencia,
serán desde hoy las armas que enciendan nuestra lid;
¡mas si de España atacan la santa independencia
veréis como retoñan los vástagos del Cid!
¡Abajo, abajo los Borbones,
de nuestra patria mengua y horror!
¡Muestre la España a las naciones
alta la frente, limpio el honor!
Antonio García Gutiérrez