Mandamientos

A tu puerta me senté
a divertir mis pesares,
por ver si puedo sacar
los mandamiento en cantares.

En el primer mandamiento
me manda Dios que le ame;
yo le amaré, pero a ti
después de Dios, que ere un ángel.

En el segundo, he jurado
a Dios y a su santa Madre
de no olvidarme de ti,
aún cuando tú me lo mandes.

En el tercero, en la misa
nunca estoy con atención;
en ti tengo mi querer,
mi esperanza y devoción.

En el cuarto, le he perdido
a mis padres el respeto,
sólo por hablarte a ti
en público y en secreto.

En el quinto, no he matado
A ninguno, vida mía;
Si otro galán te gozara
Yo no sé lo que le haría.

En el sexto, no he gozado
a ninguna, vida mía;
mas si alguno te tocara,
¡yo no sé lo que le haría!

El séptimo, que es hurtar,
no le he hurtado nada a nadie;
sólo por venirte a ver,
alguna vez a mis padres.

Octavo, no he levantado
yo ningún falso testigo,
que lo que dice mi lengua
es la verdad de mi ombligo.

Noveno, no he deseado
mujer en toda mi vida
y ahora te deseo a ti,
prenda del alma querida.

Décimo, no he codiciado
a ninguno yo los bienes;
que no hay bienes en el mundo
mejor que los que tú tienes.

Señora, los mandamientos
son compuestos para amar;
aunque me cueste la vida,
¡contigo me he de casar!

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