A un arroyuelo claro a beber
yo vi bajar un día una paloma,
a un arroyuelo a beber,
por no mojarse la cola
levantó el vuelo y se fue,
que paloma tan señora.
Luchaban los barcos veleros
con las olas del mar bravío,
luchan los barcos veleros
y desde que yo te he conocía
luchar contigo no pueo,
tú eres un barco perdío.
José Cepero
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